Efectivamente, muy emocionada estaba yo con lo de la Avenida de la Lana, pero después de pasar por allí me quedé un poquillo decepcionada, la verdad.
Una vez visto el pedazo de plano del evento, una creía que sería la bomba, peeero, los flamantes escaparates que anunciaban se resumen en...
Efectivamente, Roberto Verino tenía unos conos de lana en el escaparate, en Cortefiel había unos ovillos y una pegatina y en los demás... los maniquíes tenían jerseys de punto... no voy a comentar más sobre la decoración de las tiendas, lo dejo a vuestra propia opinión.
La mejor parte estaba justo delante del Museo Arqueológico Nacional (que tengo unas ganas ya de que acaben las obras y ver cómo lo están dejando, que no veas). Ahí habían hecho la parte más espectacular del montaje, que consistía en unas nubes de lana y unos gatos hechos con hilo de lana, que a su vez jugaban con unos ovillos.
A lo largo del tramo de acera, los árboles estaban decorados con unas espirales de colores, que iban haciendo un degradado del fucsia al negro. Muy chulo, eso hay que reconocerlo.
Las espirales eran muy muy bonitas y las nubes estaban blanditas y suaves, era bastante divertido pasearte entre ellas.
Tal que a esa altura, había unas señoritas muy amables que te daban el plano que os he puesto arriba y te explicaban que en la plaza de la Independencia (la Puerta de Alcalá) había "una exposición en la que se podía ver todo el proceso del trabajo de la lana". Después de tan grata invitación, me acerqué expectante a la dicha plaza y me encontré... esto. 10 ovejas metidas en un redil entre dos terracitas de bares pijos, y el consiguiente pastor con su boina a rosca. De proceso de la lana nada. De exposición tampoco. Y de trabajos y labores menos.
En fin, que me pareció que demasiado bombo y platillo para poca chicha en realidad. No sé, quizá es que soy muy exigente o mi imaginación galopa demasiado.
Os planto un par de fotillos más.
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